Praga (Joca Reiners Terron)
Cuando en una mañana de resaca
reabro la botella de coca-cola de dos días
y veo el gas desaparecer en el aire
pienso en nuestro amistad.
No existe imagen más perfecta
para traducir lo que sentimos el uno por el otro:
una bocha del gas de la gaseosa disipándose.
¿Hay algo con menos gracia que una coca-cola
vencida?
Nuestra amistad.
Por eso te digo buenas noches: ¡buenas noches!
Que tengas sueños que no me incluyan.
Que el hombre de la gaita o el panadero nocturno
o incluso la pesadilla del afilador de cuchillos
entre silbando en tus sueños.
Que el silbido sea alto.
Que no te duemas.
O, si te dormís, que no despiertes.
La luna en lo alto...
reabro la botella de coca-cola de dos días
y veo el gas desaparecer en el aire
pienso en nuestro amistad.
No existe imagen más perfecta
para traducir lo que sentimos el uno por el otro:
una bocha del gas de la gaseosa disipándose.
¿Hay algo con menos gracia que una coca-cola
vencida?
Nuestra amistad.
Por eso te digo buenas noches: ¡buenas noches!
Que tengas sueños que no me incluyan.
Que el hombre de la gaita o el panadero nocturno
o incluso la pesadilla del afilador de cuchillos
entre silbando en tus sueños.
Que el silbido sea alto.
Que no te duemas.
O, si te dormís, que no despiertes.
La luna en lo alto...